El proyecto busca transmitir precisión, confianza y una elegancia sobria, creando una identidad coherente tanto en la marca como en el espacio físico. La nueva imagen se construye sobre una paleta de negros y grises, que aporta serenidad, higiene y rigor profesional.
El logotipo y los elementos corporativos mantienen un lenguaje visual limpio y técnico, reforzado por una señalética minimalista que guía al paciente con discreción. El diseño del local, sala de espera, recepción, salas de atención y recorridos, sigue la misma línea: líneas rectas, acabados mate y una iluminación suave que envuelve el ambiente sin artificios.
El resultado es una clínica que combina sobriedad, modernidad y precisión, ofreciendo una experiencia tranquila y profesional desde el primer paso.