Este proyecto de interiorismo se desarrolla en una vivienda unifamiliar situada en una urbanización de montaña de Benicasim. El objetivo principal fue crear un espacio cálido, funcional y contemporáneo, adaptado al estilo de vida de una familia joven que buscaba equilibrio entre diseño y comodidad.
El concepto parte de la idea de luz y fluidez espacial. Se eliminaron particiones innecesarias para potenciar la conexión visual entre las estancias y aprovechar al máximo la entrada de luz natural.
Los materiales seleccionados, madera de roble natural, piedra gris y acero inoxidable, aportan textura y coherencia, generando un ambiente sereno y atemporal. El cromatismo se articula en una gama neutra de blancos, arenas y grises suaves, con acentos en tonos terracota que introducen calidez sin perder elegancia.
Cada detalle, desde el mobiliario a medida hasta la iluminación indirecta, fue diseñado para acompañar la rutina diaria con naturalidad, creando una vivienda que respira orden, calma y armonía.
El resultado es un hogar que refleja la personalidad de sus habitantes: sofisticado en su sencillez y profundamente humano en su esencia.